jueves, 18 de junio de 2020

Emprendedor ¿nace o se hace?



Este es uno de los artículos sobre los que más me está costando escribir y cuando esto me pasa ¿Qué hago? Pues empezar por el principio.


Si tuviera que definir a una persona emprendedora, diría que es una persona con curiosidad, con inquietud, que se muestra atenta y en disposición de aprender cosas nuevas, que pregunta, indaga y sobre todo que se mueve, es decir, que lleva a cabo una acción.


Este tipo de definiciones pueden conformar la personalidad de alguien, concretamente, la de una persona emprendedora. La personalidad se empieza a formar desde que tenemos 8 meses de vida y con el tiempo se va afianzando, pero no llega a consolidarse del todo porque justo antes de morir seguimos aprendiendo.


Tú puedes ser de una forma y con el tiempo y las experiencias aprender a ser de otra (o más bien moldearte). Por ello, si ser emprendedor depende de tu personalidad, emprendedor puede ser cualquiera, la diferencia es quién lo lleva a cabo y quién no.


Hay quienes ya de niños crean ideas emprendedoras y otras personas que les lleva más tiempo y hasta después de los 50 años no deciden emprender.


Y en este caso, el espacio-tiempo unido a las oportunidades juegan un papel muy importante. Si se cuentan con una serie de oportunidades (estudios, dinero, asesoramiento…) es mucho más fácil emprender, pero lo más importante es encontrar el momento y las ganas. Ese momento va a condicionar tu decisión de querer ser o no emprendedor. Y para poder explicártelo, te voy a poner un ejemplo real, la historia de Richard:


Richard pasó de ser mozo de limpieza a elaborar un producto por el que actualmente se gana millones. Trabajaba en una empresa de ganchitos (patatas fritas, galguerías varias…) y probó a mezclar chile en polvo con uno de estos productos. Lo dio a probar entre sus compañeros de trabajo y les resultó delicioso. Más tarde se lo dio a probar al presidente de la empresa, a quien le resultó increíble la idea. Una idea que a día de hoy hace millones.

 

Si en el momento en que Richard probó su invento hubiera decidido no presentarle la propuesta al presidente de su empresa, desgraciadamente no se le consideraría una persona emprendedora.


Para ser emprendedor desde luego que hay que encontrar el momento, pero sobre todo tener ganas. Puedes tener ciertas habilidades que te hagan orientarte hacia un perfil emprendedor (ser sociable, resuelto…), pero si no eres valiente y no trabajas en tu idea, esa idea se queda en nada.


Así que lo dicho, si quieres ser una persona emprendedora estás a tiempo, solo te falta encontrar la motivación.


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