Este es
uno de los artículos sobre los que más me está costando escribir y cuando esto
me pasa ¿Qué hago? Pues empezar por el principio.
Si
tuviera que definir a una persona emprendedora, diría que es una persona con
curiosidad, con inquietud, que se muestra atenta y en disposición de aprender cosas
nuevas, que pregunta, indaga y sobre todo que se mueve, es decir, que lleva a cabo
una acción.
Este
tipo de definiciones pueden conformar la personalidad de alguien, concretamente,
la de una persona emprendedora. La personalidad se empieza a formar desde que tenemos
8 meses de vida y con el tiempo se va afianzando, pero no llega a consolidarse
del todo porque justo antes de morir seguimos aprendiendo.
Tú
puedes ser de una forma y con el tiempo y las experiencias aprender a ser de
otra (o más bien moldearte). Por ello, si ser emprendedor depende de tu
personalidad, emprendedor puede ser cualquiera, la diferencia es quién lo lleva
a cabo y quién no.
Hay
quienes ya de niños crean ideas emprendedoras y otras personas que les lleva
más tiempo y hasta después de los 50 años no deciden emprender.
Y en este caso, el espacio-tiempo unido a las oportunidades juegan un papel muy importante. Si se cuentan con una serie de oportunidades (estudios, dinero, asesoramiento…) es mucho más fácil emprender, pero lo más importante es encontrar el momento y las ganas. Ese momento va a condicionar tu decisión de querer ser o no emprendedor. Y para poder explicártelo, te voy a poner un ejemplo real, la historia de Richard:
Richard pasó de ser mozo de limpieza a elaborar un producto por el que actualmente se gana millones. Trabajaba en una empresa de ganchitos (patatas fritas, galguerías varias…) y probó a mezclar chile en polvo con uno de estos productos. Lo dio a probar entre sus compañeros de trabajo y les resultó delicioso. Más tarde se lo dio a probar al presidente de la empresa, a quien le resultó increíble la idea. Una idea que a día de hoy hace millones.
Si en
el momento en que Richard probó su invento hubiera decidido no presentarle la
propuesta al presidente de su empresa, desgraciadamente no se le consideraría
una persona emprendedora.
Para
ser emprendedor desde luego que hay que encontrar el momento, pero sobre todo tener
ganas. Puedes tener ciertas habilidades que te hagan orientarte hacia un perfil
emprendedor (ser sociable, resuelto…), pero si no eres valiente y no trabajas
en tu idea, esa idea se queda en nada.
Así que
lo dicho, si quieres ser una persona emprendedora estás a tiempo, solo te falta
encontrar la motivación.
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