¿Invertir en estudios para emprender?

Hay personas que piensan que tener una formación profesional, una carrera, un máster o un doctorado no te va a hacer mejor persona, y eso desde luego que es así. No obstante, el hecho de tener unos estudios te da más oportunidades para acceder a ciertas cosas y te diferencia de la competencia.

El haber cursado un grado universitario, por ejemplo, te ofrece unas oportunidades de crecimiento que a veces se dificultan cuando únicamente empiezas a trabajar desde muy joven. En mi caso, conozco a muchas más personas que se arrepienten de no haber realizado estudios superiores, que al revés. Al igual que conozco a personas muy cultas que únicamente han empapado sus conocimientos a través de los libros sin necesidad de apuntarse a un grado superior.

Sin embargo, reflejar tus conocimientos en un curriculum o en cualquier otra solicitud laboral, se dificulta si no cuentas con un certificado de estudios.

Es evidente que, para emprender no necesitas un certificado de estudios. Pero recomendaría indudablemente, invertir dinero y/o tiempo en estudios, y más si quieres progresar en un ámbito concreto o no cuentas con alguien que pueda asesorarte.

Con esto, no te incito a que tengas que estar toda la vida estudiando, no, porque la experiencia profesional también es importante, de la experiencia se puede extraer mucho conocimiento. Por el contrario, te incito a pensar en qué quieres informarte (informática, comercio, artes...), de qué manera (de forma presencial, a distancia, semipresencial, de manera autodidacta...) y con qué recursos (becas, premios…).

Por último, me gustaría recalcar que tener estudios no te hace más persona que los que no tienen. Si alguien piensa eso, sinceramente, creo que dicha persona sí necesitaría estudios. Por ello, no te sientas inferior a nadie, porque siempre hay algo en lo que destacan las personas. Pero el tener conocimientos te puede abrir muchos campos y te ayudará a sentirte más seguro/a a la hora de saber qué dirección tomar en momentos determinados. 

Recuerda, nunca es tarde para aprender, ni para emprender.